Asteroide se acerca a la Tierra: el inmenso 2025 FA22 pasará más allá de la órbita lunar
ASTRONOMÍA
Alex León
9/17/20254 min read


El próximo 18 de septiembre de 2025, los astrónomos seguirán con atención el paso del asteroide 2025 FA22, un objeto cercano a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés) que mide alrededor de 290 metros de largo, lo que lo convierte en uno de los mayores asteroides que visitarán nuestra región espacial este año. Aunque su tamaño puede impresionar, los expertos de la NASA y de la ESA han confirmado que no existe riesgo de impacto y que el objeto pasará a una distancia ligeramente superior a la de la órbita de la Luna.
Un visitante cercano del espacio
El asteroide 2025 FA22 ha sido clasificado como un asteroide Apolo, un tipo de cuerpo celeste cuya órbita cruza la de la Tierra. Su descubrimiento y seguimiento forman parte del programa de vigilancia de objetos cercanos al planeta que lideran diversas agencias espaciales. Este tipo de asteroides son estudiados con detalle porque, en teoría, podrían representar un riesgo a largo plazo. Sin embargo, en el caso de FA22, las trayectorias calculadas son claras: el 18 de septiembre pasará a una distancia segura, superior a los 400.000 kilómetros, lo que equivale a poco más que la separación media entre la Tierra y la Luna.
Un asteroide de gran tamaño
Con 290 metros de longitud, el asteroide 2025 FA22 es comparable a la altura de algunos de los rascacielos más altos del mundo. Para ponerlo en contexto, un impacto de un objeto de estas dimensiones, aunque altamente improbable, podría provocar daños regionales significativos. Afortunadamente, este escenario está descartado para el paso de septiembre. Aun así, su tamaño y cercanía lo convierten en un recordatorio de la importancia de estudiar y catalogar estos cuerpos. Los astrónomos estiman que hay miles de asteroides de más de 140 metros que aún no han sido detectados, lo que mantiene en alerta a la comunidad científica.
Vigilancia constante del cielo
La NASA, a través de su programa de Defensa Planetaria y del telescopio Pan-STARRS en Hawái, junto con la ESA y proyectos como el futuro telescopio espacial NEO Surveyor, rastrean de manera constante el cielo en busca de objetos cercanos a la Tierra. El objetivo es identificar con años o décadas de antelación cualquier cuerpo que pudiera representar una amenaza. Cada vez que un asteroide grande como FA22 se acerca, se perfeccionan los cálculos orbitales y se ponen a prueba los sistemas de detección. El caso más famoso de la historia reciente fue el del asteroide Cheliábinsk en 2013, que con apenas 20 metros de diámetro provocó daños en edificios y más de mil heridos por la onda expansiva al explotar en la atmósfera.
La diferencia con la órbita lunar
Cuando se dice que FA22 pasará “ligeramente más allá de la órbita lunar”, significa que el asteroide se mantendrá fuera de cualquier zona de riesgo para la Tierra. La Luna orbita a unos 384.000 kilómetros de nuestro planeta, y este objeto pasará un poco más lejos que esa distancia. Para la astronomía, este tipo de encuentros cercanos son oportunidades únicas para estudiar las características físicas de los asteroides mediante telescopios de radar y ópticos, lo que permite conocer su forma, composición y rotación.
Riesgo de impacto: nulo, pero con lecciones importantes
Aunque FA22 no representa ninguna amenaza, su paso es un recordatorio de que vivimos en un sistema solar dinámico, lleno de cuerpos en movimiento. Los asteroides no son raros, y cada año decenas de ellos pasan cerca de la Tierra. Lo relevante es que la mayoría son pequeños y pasan desapercibidos, pero cuando se trata de objetos de cientos de metros, la vigilancia se vuelve crucial. La defensa planetaria no solo implica detectar asteroides, sino también desarrollar estrategias de desvío en caso de una amenaza real, como lo demostró la misión DART de la NASA en 2022, que logró alterar la órbita de un asteroide al impactar contra él de manera controlada.
Por qué seguimos mirando al cielo
Cada paso cercano de un asteroide como el 2025 FA22 es una oportunidad educativa y científica. Para los astrónomos, se trata de perfeccionar los modelos de predicción y mejorar la tecnología de detección. Para el público, es un recordatorio de que la exploración espacial no solo trata de viajar a Marte o regresar a la Luna, sino también de proteger nuestro planeta frente a amenazas cósmicas. Este equilibrio entre ciencia, prevención y divulgación convierte cada encuentro con un asteroide en un momento para reflexionar sobre nuestro lugar en el universo.
El asteroide 2025 FA22, con sus 290 metros de diámetro y su paso seguro a una distancia ligeramente mayor que la de la Luna, no representa un peligro, pero sí un recordatorio de la importancia de la vigilancia constante del cielo. La Tierra está rodeada de millones de cuerpos que viajan a enormes velocidades, y aunque la gran mayoría nunca impactará contra nosotros, cada descubrimiento y cada monitoreo refuerzan la capacidad humana de anticipar y prevenir riesgos. El 18 de septiembre de 2025 será una fecha señalada en el calendario astronómico del año, no por un peligro real, sino por la oportunidad de observar de cerca a uno de los mayores visitantes espaciales del año.

