Geoffrey Hinton, Nobel de Física: “La IA amenaza el empleo humano como nunca antes

TECNOLOGÍA

Alex León

9/16/20253 min read

En los últimos años la inteligencia artificial ha sido celebrada como la gran promesa del progreso: más productividad, innovación sin límites y soluciones para casi todo. Sin embargo, Geoffrey Hinton —conocido como el “padrino de la IA” y reciente ganador del Premio Nobel de Física 2024— ha lanzado una advertencia que incomoda: si no se gestiona con cuidado, la IA podría desencadenar un desempleo masivo, agrandar la desigualdad y erosionar la dignidad que encontramos en el trabajo.

¿Quién es Geoffrey Hinton y por qué importa lo que dice?

Hinton no es un crítico desde la barrera. Fue uno de los arquitectos de las redes neuronales modernas, el motor detrás de tecnologías como ChatGPT, Gemini o Copilot. En 2012, junto a Ilya Sutskever y Alex Krizhevsky, desarrolló una red neuronal capaz de reconocer patrones en imágenes, marcando el inicio del boom del aprendizaje profundo. Su contribución cambió para siempre la informática y nuestra vida cotidiana.

Pero en 2023 decidió abandonar Google. ¿La razón? Su creciente preocupación por los riesgos de la tecnología que él mismo ayudó a levantar. Desde entonces, se ha convertido en una de las voces más influyentes —y críticas— sobre los peligros sociales y éticos de la IA.

El desempleo como sombra en el horizonte

En una entrevista con Financial Times, Hinton lo resumió con crudeza: “Lo que realmente va a pasar es que los ricos van a usar la IA para reemplazar a los trabajadores”. Y no parece una exageración. Sectores como atención al cliente, redacción, programación y análisis de datos ya han empezado a recortar personal gracias a sistemas que hacen lo mismo a menor coste.

Un informe de Randstad estima que el 44% de los empleos sufrirá cambios profundos en la próxima década y que más de 2 millones de puestos podrían desaparecer. Comercio, hostelería, administración y manufactura son algunos de los sectores más expuestos.

Una desigualdad que se multiplica

Para Hinton, el problema no es la IA en sí, sino cómo el sistema económico la está utilizando. “Eso no es culpa de la IA, es culpa del capitalismo”, sentencia. La tecnología, en vez de servir para mejorar la vida de la mayoría, está diseñada para maximizar beneficios de unos pocos. El resultado es un modelo que algunos llaman “tecno-feudalismo”: unas pocas corporaciones concentran datos, poder y riqueza, mientras los trabajadores ven desmoronarse la estabilidad y la autonomía.

El valor del trabajo más allá del salario

Otro punto clave de su discurso es la crítica a la renta básica universal. Aunque se plantea como una solución, Hinton insiste en que el trabajo no es solo dinero: también es propósito, identidad y pertenencia social. Si los algoritmos sustituyen a millones de personas, ¿qué lugar ocupará la dignidad humana en una economía dominada por máquinas?

¿Queda espacio para la esperanza?

Sí, pero no será automático. Hinton cree que los empleos creativos, empáticos y altamente especializados resistirán mejor. También señala que la demanda de profesionales en IA, ética tecnológica y ciencia de datos está creciendo, aunque la formación no alcanza: en 2024 quedaron sin cubrir 4.000 vacantes en este campo.

La receta que propone pasa por educación, regulación y un diseño ético que ponga a las personas en el centro. Según sus palabras, la IA debería tratar a los humanos como una madre trata a su hijo: con cuidado, empatía y protección.

Una decisión humana, no tecnológica

El mensaje de Hinton es claro: el futuro no está escrito en algoritmos, sino en las decisiones políticas, económicas y sociales que tomemos hoy. La IA puede ser un aliado poderoso, pero también una amenaza seria si dejamos que el mercado la guíe sin control.

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