Marte tiene agua, pero... ¿Podríamos beberla?
ARTÍCULOS ASTRONOMÍA
Alex David León Muñoz
9/15/20254 min read


Durante décadas, la frase “hay agua en Marte” ha capturado la imaginación de millones de personas. Suena a algo sencillo: si hay agua, entonces quizá haya vida. Pero la realidad marciana es mucho más extraña y compleja de lo que solemos pensar. Aunque hoy el planeta rojo es un desierto helado, lleno de dunas de polvo y tormentas que cubren continentes enteros, las huellas de un pasado húmedo siguen visibles en cada foto enviada por las sondas y rovers.
Los cañones que parecen cicatrices gigantes, las redes de valles ramificados y los minerales incrustados en las rocas cuentan una misma historia: Marte fue, alguna vez, un mundo con ríos, lagos e incluso mares. Esa imagen, casi imposible de reconciliar con lo que vemos en la actualidad, es la que ha convertido al planeta rojo en un laboratorio natural para estudiar cómo un planeta puede transformarse radicalmente a lo largo del tiempo.
Marte, el planeta que perdió su escudo
La explicación de por qué Marte perdió su agua líquida está íntimamente ligada a su tamaño y a su corazón. Comparado con la Tierra, Marte es un planeta en miniatura. Su menor masa hizo que su núcleo se enfriara más rápido, como un carbón que se apaga antes que un tronco. Ese enfriamiento trajo consecuencias devastadoras: la desaparición de su campo magnético global.
Sin esa burbuja magnética que lo protegiera, Marte quedó expuesto al viento solar. Y el viento solar no perdona. Con el paso de millones de años, arrancó su atmósfera como si fuera una fina capa de pintura, dejando atrás un aire extremadamente tenue y compuesto en su mayoría por dióxido de carbono. Lo que antes era una envoltura capaz de retener calor y presión, se convirtió en una sombra de sí misma.
Un clima extremo y despiadado
Hoy, Marte es un planeta frío, seco y hostil. Las temperaturas nocturnas pueden desplomarse por debajo de los –80 °C. En verano, cerca del ecuador, puede haber momentos relativamente “cálidos”, pero incluso ahí el ambiente sigue siendo incompatible con agua líquida estable. Si pusieras un vaso de agua en la superficie marciana, desaparecería en cuestión de minutos: se congelaría o se evaporaría por la falta de presión atmosférica.
Los polos guardan la mayor parte del agua en forma de hielo, en capas que recuerdan a las capas polares terrestres. También hay evidencias de que bajo la superficie existen depósitos congelados que podrían representar un recurso estratégico en futuras misiones humanas.
Agua, sí… pero venenosa
Cada vez que la NASA o la ESA anuncian “se ha detectado agua líquida en Marte”, es fácil pensar en lagos cristalinos. Pero lo que los instrumentos en realidad detectan son salmueras: mezclas de agua y sales tan concentradas que no se congelan fácilmente, pero que serían letales para cualquier ser humano.
En esas soluciones aparecen compuestos como percloratos, sustancias que en la Tierra se usan en combustibles de cohetes y desinfectantes industriales. Beber ese líquido sería impensable; es más parecido a un veneno que a agua potable. La comparación más cercana sería el agua del mar en la Tierra, que ya de por sí no es apta para beber. Ahora imagina multiplicar esa salinidad varias veces y añadirle químicos agresivos: ese es el “agua líquida” de Marte.
Las huellas geológicas del pasado
Si miramos el planeta con los ojos de los rovers, la historia se vuelve aún más clara. Perseverance, en el cráter Jezero, está explorando un delta fosilizado: el punto donde un río desembocaba en un lago. Curiosity, en el cráter Gale, encontró rocas que muestran estratos sedimentarios, iguales a los que aquí se forman con la acumulación de capas en lagos y ríos.
Estos indicios no son solo curiosidades geológicas. Cada delta, cada valle seco, es una página arrancada de un libro de historia planetaria. Y ese libro parece decirnos que Marte no solo tuvo agua, sino que también pudo ofrecer refugios habitables a formas de vida microscópicas.
La importancia del agua en Marte no está en si podemos beberla o usarla mañana mismo, sino en lo que nos revela sobre la posibilidad de vida. El agua líquida es el ingrediente esencial para que aparezca la biología tal como la conocemos. Si en algún momento Marte fue cálido, húmedo y estable, la vida pudo surgir allí de forma independiente.
Esto abriría una pregunta aún más profunda: ¿somos únicos o la vida es un fenómeno común en el universo? Si Marte alguna vez albergó microbios, aunque hoy estén extintos, demostraría que la vida no es un milagro exclusivo de la Tierra, sino una consecuencia natural de la química cósmica.
¿Y para el futuro humano?
Para las futuras colonias humanas en Marte, el agua será clave. Pero no se trata de encontrar un lago donde sumergirse, sino de usar tecnología para extraer y purificar el agua helada escondida bajo la superficie. Misiones actuales ya estudian cómo derretir el hielo subterráneo o cómo separar el oxígeno del agua para generar aire respirable y combustible.
En este sentido, las reservas polares de Marte se perfilan como un tesoro invaluable. Si alguna vez levantamos una base en Marte, probablemente se hará cerca de una zona rica en hielo, porque sin agua no hay vida ni civilización posible.


Núcleo de marte
