3I/ATLAS: el visitante interestelar que se dispara a 58 km/s tras su paso por el perihelio
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Alex León
10/30/20255 min read


El cometa 3I/ATLAS, también conocido como C/2025 N1, se convirtió ayer 29 de octubre de 2025 en el centro de atención astronómica mundial al alcanzar su punto más cercano al Sol. Este objeto, el tercer visitante interestelar confirmado por la NASA, fue detectado el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS en Chile.
¿Qué lo hace especial?
A diferencia de ‘Oumuamua y Borisov, 3I/ATLAS combina actividad cometaria visible con una trayectoria interestelar clara. Su núcleo, de unos 5 km de diámetro, podría contener materiales primitivos de hasta 10.000 millones de años, anteriores a la formación del sistema solar.
Los telescopios como Gemini, JWST y Solar Orbiter han estado observando su comportamiento, buscando compuestos orgánicos, patrones de sublimación y posibles anomalías estructurales.
¿Se pudo ver desde la Tierra?
Sí, aunque no a simple vista. El cometa fue visible mediante telescopios y plataformas de seguimiento en vivo como la de ADN40, que ofreció su trayectoria en tiempo real. Su brillo fue moderado, pero suficiente para capturar imágenes espectaculares desde observatorios profesionales.
¿Qué sigue ahora?
Tras el perihelio, 3I/ATLAS se aleja del Sol y del sistema solar. Los próximos días serán clave para:
Estudiar su desgasificación post-perihelio
Detectar posibles fragmentaciones del núcleo
Analizar su espectro químico con mayor precisión
Este evento ha reforzado el interés por los objetos interestelares y ha abierto nuevas líneas de investigación sobre la formación de sistemas planetarios en otras galaxias.
¿Qué significa que sea “interestelar”?
Un objeto interestelar es aquel que no está ligado gravitacionalmente al Sol. Su trayectoria no es elíptica ni cerrada, como la de los planetas o cometas comunes, sino hiperbólica: entra desde el espacio profundo, atraviesa el sistema solar y continúa su camino sin regresar.
3I/ATLAS fue detectado el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS en Chile. Su velocidad, ángulo de entrada y aceleración confirmaron rápidamente que no pertenece a nuestra vecindad cósmica. Esto lo convierte en una cápsula del tiempo, un fragmento de materia que podría haber permanecido inalterado durante miles de millones de años.
¿Qué ocurrió durante el perihelio?
El perihelio de 3I/ATLAS se produjo a las 14:17 hora peninsular española, cuando el cometa se situó a 1,36 unidades astronómicas del Sol, es decir, unos 203 millones de kilómetros. En ese momento, alcanzó una velocidad de 58 km/s, lo que lo convierte en uno de los objetos más rápidos jamás observados en el sistema solar.
Durante su aproximación, los telescopios detectaron:
Emisión intensa de vapor de agua, superior a la de muchos cometas solares.
Actividad cometaria sostenida, con formación de cola visible en espectros infrarrojos.
Variaciones de brillo, que podrían indicar fragmentación o rotación acelerada.
Composición rica en compuestos volátiles, como cianógeno y monóxido de carbono.
Estas observaciones permiten estudiar su estructura interna, su dinámica orbital y su interacción con el viento solar.
¿Qué lo diferencia de ‘Oumuamua y Borisov?
Cada visitante interestelar ha sido único:
‘Oumuamua era alargado, sin cola visible, y mostró aceleración no gravitacional.
Borisov se comportó como un cometa clásico, con actividad sostenida y espectros similares a los cometas del sistema solar.
3I/ATLAS combina características de ambos: tiene actividad cometaria, pero su trayectoria y velocidad lo hacen excepcional.
Además, su paso por el perihelio ha ocurrido en condiciones óptimas para la observación, con instrumentos más avanzados que en 2017 o 2019. Esto permite obtener datos más precisos sobre su composición, estructura y comportamiento.
¿Qué telescopios lo han observado?
Diversos observatorios han seguido el evento en tiempo real:
James Webb Space Telescope (JWST): ha analizado la composición de la cola mediante espectros infrarrojos.
Solar Orbiter: ha estudiado la interacción con el viento solar y la radiación.
Gemini y Keck: han capturado imágenes ópticas y espectros de alta resolución.
ADN40 y plataformas de streaming astronómico: han ofrecido seguimiento en vivo para el público general.
Estas observaciones se están procesando para determinar si 3I/ATLAS contiene materiales orgánicos complejos, compuestos prebióticos o estructuras cristalinas inusuales.
¿Qué sabemos de su origen?
Aunque su procedencia exacta es incierta, los modelos orbitales indican que 3I/ATLAS podría provenir de:
La nube de Oort de otra estrella, expulsado por perturbaciones gravitacionales.
Una región interestelar densa, donde se forman cometas primitivos.
Un sistema planetario en colapso, que liberó fragmentos al medio interestelar.
Su composición sugiere que se formó en un entorno frío, rico en hielo y compuestos volátiles, lo que lo convierte en un testigo directo de la química cósmica primitiva.
¿Podría ser artificial?
Aunque no hay evidencia directa de tecnología o diseño, algunos investigadores —como Avi Loeb— han planteado hipótesis sobre la posible naturaleza artificial de objetos interestelares. En el caso de 3I/ATLAS, se están analizando:
Simetría estructural
Emisiones dirigidas o pulsadas
Materiales exóticos no presentes en cometas conocidos
Por ahora, todo indica que se trata de un cometa natural, pero el análisis continúa.
¿Qué se puede aprender de su paso?
El estudio de 3I/ATLAS permite:
Analizar materia interestelar sin salir del sistema solar
Estudiar procesos de formación planetaria en otros sistemas estelares
Detectar compuestos orgánicos que podrían estar relacionados con la vida
Mejorar los modelos de dinámica orbital y trayectorias hiperbólicas
Además, refuerza la necesidad de protocolos de detección rápida, ya que estos objetos cruzan el sistema solar en cuestión de semanas.
¿Se pudo ver desde la Tierra?
Sí, aunque no a simple vista. El cometa fue visible mediante telescopios profesionales y plataformas de observación en línea. Su brillo fue moderado, pero suficiente para capturar imágenes espectaculares desde observatorios como el VLT en Chile y el Observatorio de Calar Alto en España.
¿Qué sigue ahora?
Tras el perihelio, 3I/ATLAS se aleja del Sol y del sistema solar. Los próximos días serán clave para:
Estudiar su desgasificación post-perihelio
Detectar posibles fragmentaciones del núcleo
Analizar su espectro químico con mayor precisión
Se espera que abandone el sistema solar en los próximos meses, sin volver jamás. Su legado será una colección de datos que podrían cambiar nuestra comprensión del universo profundo.
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El paso de 3I/ATLAS por el perihelio ha sido uno de los eventos astronómicos más relevantes de 2025. No solo por su rareza, sino por lo que representa: una oportunidad única para estudiar materia interestelar, comprender la formación de sistemas planetarios y explorar los límites de la física orbital.
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